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Familias Funcionales.

Este relató a cerca de una conmovedora historia sobre una perra de caza mestiza que dio a luz a seis cachorros. Los seis tenían buena salud, eran juguetones y felices, pero poseían una extraña manera de movimiento. El estilo de andar de los cachorros se determinó antes de su nacimiento.

Al parecer, una familia humana adoptó a la perra vagabunda, que pronto quedó preñada. Un día, mientras el nuevo dueño de la perra cortaba el césped, la perra correteaba y jugaba persiguiendo la cortacésped. En un arranque hacia la máquina la perra no pudo detenerse a tiempo, y sus patas traseras se deslizaron debajo de la cortacésped. Las  cuchilla  de esta le cortó ambas patas traseras.

El dueño levantó a la perra y sus extremidades y corrió al veterinario. «Puedo coserla», dijo el veterinario, «o si quieres puedes ponerla a dormir. Sin embargo, los cachorros están bien. Ella podrá parir sus cachorros»  «Haga todo lo que tenga que hacer, pero salve su vida», dijo el dueño de la perra. El veterinario decidió hacer mucho más que eso.  Cosió las pastas traseras al cuerpo de la perra y la envió a su casa a recuperarse.

La vieja perra se vio obligada a aprender un nuevo truco: cómo caminar de nuevo. El problema era que no se acostumbraba a las patas traseras que le cosieron a su cuerpo. Movía una pata hacia delante, luego la otra, pero no hacía nada con las piernas traseras.  En su lugar, daba dos pasos hacia delante, levantaba en alto su parte trasera y se movía hacia delante.

En más o menos una semana, nacieron los cachorros. La perra de caza los cuidó y destetó. Sin embargo, cuando los seis perritos aprendieron a caminar, imitaron el patrón de su madre.

La familia humana sonreía al observar el desfile de la perra mayor y sus cachorros: siete perros con cuatro patas que solo usan las delanteras y elevan las traseras.

A menudo, los padres humanos también transfieren sus disfunciones a sus hijos, pero esto no causa risa. Las experiencias de la vida devastan y desgarran; los padres se hieren y destrozan, y desarrollan estilos de vida y patrones de comportamiento negativos.

Traen hijos al mundo que, aun cuando a estos no los han arrastrado debajo de una «cortacésped», desarrollan patrones de vida como si así fuera.

Cuando podemos observar estos problemas en el seno de las familias, con respecto a la paternidad; en ocasiones cuando las madres solteras, al tratar de explicarle a su hijo por qué Papá no está en casa, transmiten la idea de que el padre es un simple donante de esperma. En el mejor de los  casos lo que ocurre con esto es que la paternidad se destruye, se deshace en sus diversos elementos nocivos para la salud de las familias.

El resultado es familias fracturadas que padecen de un desarrollo limitado, con extremidades de apoyo que deben estar saludables en vez de en un estado de atrofia. Y muchas de estas familias se encuentran en hogares donde ambos padres están presentes, pero en diversos niveles de disfunción. Estos andan cojeando por la vida de manera espiritual, emocional, mental e intelectual. Es trágico que sus pequeños «cachorros» los sigan dando traspiés.

Quizá no sea posible enseñar nuevos trucos a perros viejos, pero sí es posible que los padres venzan las causas de la disfunción y maduren hasta ser padres positivos que transfieran fortaleza y entereza a sus hijos.

LA DISFUNCIÓN ES ANOMALÍA

Hace algún tiempo le pregunté a alguien qué quería decir «disfuncional ». «Quiere decir no funcional», respondió la persona.

Eso parecería el significado obvio, pero no es la definición precisa.

El prefijo dis significa «dificultad» o «anomalía». Entonces, por definición, una familia disfuncional es una que funciona de forma «anómala». ¿Anómala para quién?

Anómala para los hijos Un estudio reveló que los hijos de padres divorciados tienen problemas de comportamiento, les resulta difícil ajustarse y sus calificaciones son bajas. También tienen un mayor índice de deserción escolar y de embarazo fuera del matrimonio.

Y en el peor de los casos perdura el terrible precio del divorcio, no solo en las vidas de las partes que se divorcian, sino también en las vidas de los hijos y las de quienes se involucran con ellos de forma emocional.

Anómala para los esposos y esposas

A medida que la disfunción familiar aumenta, también lo hace la violencia doméstica,  las pasiones se encienden, las mechas son cortas y se tira de los gatillos con facilidad;  esto no se detiene allí. La disfunción familiar es una anomalía en la salud mental y emocional de los hombres y mujeres involucrados.

Anómala para la sociedad

La disfunción también es una anomalía para la sociedad en general; mientras las familias se desmoronaban, el índice de criminalidad juvenil se eleva cada día más. Si es cierto que la familia es la unidad fundamental de la civilización, cada vez que una familia cae en disfunción hay una amenaza para el bienestar de una nación.

«FÓRMULA» PARA UNA FAMILIA FUNCIONAL

Sobre todo en las naciones occidentales, parece que hay una sencilla fórmula para edificar familias funcionales: N + E + P = FF.

La premisa es que cuando se suplen las necesidades (N) físicas y materiales desde la cuna hasta la tumba, y las personas tienen una buena educación (E) junto con amplias oportunidades para los placeres básicos (P) tales como viajes, recreación y entretenimiento, el resultado será una familia funcional (FF). No obstante, la evidencia de la sociedad pudiente prueba que esta fórmula no se tiene en cuenta.

La verdadera ecuación para una familia funcional es C + PB –M = FF.

En donde:

(C) = Cristo

(PB) = Principios Bíblicos.

(M) = Maldición

(FF) = Familias Funcionales

Así que llevémoslo al plano de la «matemática». En los siguientes capítulos trataremos en detalles la importancia de Cristo y los principios bíblicos en la formación de hogares saludables. Sin embargo, antes démosle un vistazo al comienzo en el jardín del Edén: El plan perfecto de Dios con la primera familia del mundo, Adán y Eva, y la aparición del problema mortal de… la maldición.

EL PLAN PERFECTO DE DIOS

Cancelación de la maldición

Sin duda, el primer elemento para establecer una familia funcional es la cancelación de la maldición. Cuando indicamos que Cristo más los principios bíblicos menos la maldición es igual a una familia funcional (C + PB –M= FF), sugerimos que se puede cancelar el impacto de la maldición.

Esto lo hacemos al (1) confesar nuestros pecados personales y los de la familia, (2) alejándonos del pecado que es el efecto de la maldición, y (3) volviéndonos a Dios por medio de Cristo.

Debido a que Dios es grande en amor y fidelidad, Él nos recibe y perdona aun cuando lloremos porque nos encontramos cara a cara con las desastrosas consecuencias de nuestra disfunción. Quizá al leer estas palabras te das cuenta de que necesitas declarar:

«¡El ciclo termina aquí mismo!»